LO NO VIVIDO
Siento una lengua que nunca se posó en mi cuello
Su humedad me falta pero igual me moja
Me cosquillean sus papilas gustativas
Como pequeños dedos que me exploran
Su aliento fresco que intuyo me estrangula
Mi propia respiración se entrecorta, me sofoca
La trayectoria de su huella se detiene
En el lóbulo de mi oreja y me abandona
Para transformarse en beso que no llega
Para ser un fantasma en el hueco de mi boca.
Eso que jamás conoceré ronda mi cama
Y se incorpora lentamente a lo imposible
Eriza los vellos de mi nuca y me provoca
Pero a la vez muere, se vuelve mito, se extingue
Lo que pudo haber sido ya no será nunca
Mas que una sombra en el revés de un espejo
Y sin embargo todavía mi piel se empecina
En probar el sabor de su piel, estremecida
Mientras las manos que jamás me tocarán se alejan
Y su cuerpo se evade de gozar la dicha
En medio de la certeza de lo no vivido
Se esconden una pregunta, un orgasmo y un suspiro.